Monday, January 31, 2005

Amenábar, Pa Kin y el derecho a morir como hombres libres

Pa Kin, hacia 1990, by Xinhug Los triunfos madrileños e internacionales de Alejandro Amenábar, contando en Mar adentro la historia real del tetrapléjico Ramón Sampedro, también iluminan el caso no sé si más trágico de Pa Kin, el gran patriarca chino de la literatura mundial. Pa Kin ----Ba Jin, según la trascripción moderna---- nació en Chengdu (provincia de Sicuani) el 25 de noviembre de 1904. Tiene, pues, 101 años. Tras el caso no menos legendario de Ernst Jünger, fallecido a los 103 años, Pa Kin quizá sea hoy el escritor de genio de más larga vida. Se dice Pa Kin dijo hace diez años a sus familiares: La longevidad es un castigo. En 1994, el escritor pidió para él y sus próximos el derecho a la eutanasia. Y reiteró su demanda, un año más tarde, cuando uno de sus más viejos amigos, el dramaturgo Xia Yan, escritor de teatro proletario, en el Shanghai de los años 30 del siglo XX, convenció a sus familiares para que ellos cortasen los tubos de plástico que lo mantenían con vida. Aislado del mundo, encerrado en un hospital, donde su vida cuelga de la asistencia médica permanente, desde hace más de una larga década, Pa Kin ¿vegeta? ¿agoniza? en condiciones desconocidas. Sabemos que pidió morir hace muchos años. Autor de una obra colosal, patriarca de la literatura china y mundial, perseguido por todas las dictaduras que han sembrado su patria durante todo el siglo XX, Pa Kin escribió en París su primera novela, Destrucción, no lejos de la misma montaña de Sainte-Geneviève donde vivieron Erasmo y san Ignacio de Loyola, en el mismo lugar donde escribía Michel Foucault, en un barrio inmortalizado en algunas páginas de Pío Baroja, a quinientos metros ----así lo quiso el azar---- de donde yo vivo. Con temeraria obstinación, Pa Kin se enfrentó con mucho coraje físico y moral a las antiguas dictaduras tradicionales, a las sucesivas dictaduras maoístas y todavía en 1989 tomó partido por los estudiantes que se tiraron a la calle en Pekín para denunciar la nueva tiranía china. Se le niega el derecho morir. La última vez que Pa Kin estuvo en París, Carmen y yo fuimos a escucharlo, acompañados de antiguos amigos de la FA. El escritor hablaba con una ironía adolescente y nos leyó en un francés muy académico trozos de su indispensable texto sobre la Revolución cultural: “... tales humillaciones, tales torturas... el caso inmenso, donde no era fácil distinguir la lealtad de la traición criminal... osemos decir la verdad para no ser envenenados por la mentira...”. Han pasado algunos años. Hace mucho que Pa Kin pidió en vano el derecho a suicidarse con la dignidad del hombre capaz de morir como un hombre. El triunfo de Amenábar, me digo, quizá también hable de un debate universal. ¿Debo recordar que Pa y Kin son ----en la antigua trascripción de la escritura china---- las primeras sílabas de Bakunin y Kropotkin, dos autores muy leídos en su juventud? Aunque algunos de sus exegetas recuerdan que así también se llamó un antiguo amigo que si pudo suicidarse libremente. Posted by Hello

Sunday, January 30, 2005

Irak y nosotros

Irak, 30 enero 2005 The Economist ¿Es posible concebir, exportar e imponer la democracia a través de un cuerpo de ejército? ¿Cuántos muertos costaron el golpe de Estado leninista, la Larga marcha maoísta, las incontables sublevaciones, pronunciamientos y golpes militares en África o América? ¿Cuántos siglos de guerras civiles, guerras de liberación y guerras coloniales costó la unificación cultural de Europa, donde todavía existes minorías dispuestas a defender sus ideas a través del terrorismo y el derramamiento de sangre de víctimas inocentes? ¿Es posible la paz civil en sociedades víctimas durante siglos de sucesivas tiranías religiosas, políticas, coloniales, militares, donde la “unidad nacional” solo ha sido una ficción impuesta por la violencia del terror militar, sin que las distintas familias étnicas, culturales, religiosas, trivales y políticas tengan ninguna experiencia común de la libertad y el trato con vagas formas de vida democrática? En Irak, la mayoría chií sueña con la conquista del poder a través del voto popular, con la esperanza de construir un Estado islámico; la minoría suní no se resigna o se resiste ----incluso a través de la práctica del terror criminal de muchas de sus facciones armadas---- a la pérdida de un poder ejercido durante mucho tiempo; la minoría kurda aspira a una “autonomía” que sirva de embrión para crear un futuro Estado independiente; las minorías políticamente “insignificantes” (cristianas, etc.) solo pueden aspirar a intentar escapar de muy distintas tiranías. No es evidente que todas esas facciones estén dispuestas a aceptar la sentencia de un voto popular ejercido bajo la presión del terror indiscriminado. Y las condiciones mismas de tal derecho precipitarán problemas políticos de nuevo cuño: la representación del voto proporcional de 84 partidos (disputándose 275 escaños “nacionales) y la representación ----igualmente proporcional---- en las asambleas provinciales o regionales creará equilibrios de poder previsiblemente “inestables”. La diaria matanza de inocentes y la presencia de un ejército de ocupación extranjero alimentan negros nubarrones de sangre contaminada, sembrando con odio las conciencias. En Caína, tales nubes tóxicas se enriquecen con la retórica parda de sapos, culebrones, enanitos ignorantes, vendiendo sopas de sobre envenenadas, para mejor traficar con la basura contaminada que cada facción tira al rostro de la facción adversa acusándola de “corrección” política. Posted by Hello

Camaleón progresista

Cuando mi padre estaba en la cárcel, condenado a muerte por Franco, P* escribía que España estaba amenazada por las hordas del anarquismo y el comunismo internacional. Cuando yo estaba en el calabozo de un cuartel de artillería de Paterna ----haciendo la mili, condenado por el delito de hacer auto-stop, visitado a diario por Emili Panach, cuya novia estaba en la cárcel por muy otros delitos políticos----, P* oficiaba de amanuense de un alto dignatario del Opus Dei. Cuando yo aprendía de Pablo Corbalán y Rafael Conte en el Suplemento de las Artes y las Letras del viejo Informaciones, P* intrigaba para ser ministro o secretario de Estado de cualquier gobierno madrileño. Cuando yo llegué a París ----huyendo de un Madrid donde mis escrituras y militancia en la CNT me convertían en un personaje harto incómodo----, P* aspiraba a ser ministro o cualquier cosa de Santiago Carrillo o Rafael Calvo Serer. Cuando yo mal llegaba a fin de mes con mi modesto salario de corresponsal de Diario 16, P* cobraba varios salarios de alto funcionario internacional en el Consejo de Europa, en la Comisión Europea y en la Unesco. Cuando, tantos años después, todavía me encuentro a P* en el cóctel de alguna embajada, sigue hablándome de “los nuestros”. Él ha invertido parte de los saneados ingresos de sus fincas agropecuarias en el núcleo duro del capital de la prensa más selecta y, gracias a una entrada tan sólida, cada semana adoctrina piadosamente a sus lectores con un correctísimo sermón, disfrazado, ahora, con la pipa, las cananas y el antifaz de un Comandante de guerrilla euro sudamericana.

Friday, January 28, 2005

Bailables en una estación encantada

Estación de Drancy, el día de Reyes de 2005 Consejero especial del Institut français des relations internationales (Ifri), Dominique Moïsi nació en 1946 porque su padre fue liberado de Auschwitz un año antes; por la misma razón que yo nací el mismo año por semejantes razones: mi padre salió de la cárcel ----condenado a muerte por los tribunales sin apelación instaurados por los triunfadores de la Guerra civil, culpable de haber creado con mi madre una Escuela Moderna, en Totana---- meses después que el padre de Moïsi. Sin embargo, Moïsi se pregunta, con razón (Le Figaro, 27.01.05): “En verdad, ¿no nací al mal y el horror aquel día de abril de 1943, cuando, en Niza, mi padre fue denunciado como judío por un francés, entregado a la Gestapo y escoltado por gendarmes franceses hasta la estación de Dranzy, desde donde inició su viaje a Auschwitz?” Mi padre fue denunciado por un vecino. Ese nacimiento al Mal y el horror, muy anterior, en muchos casos, al nacimiento carnal, no solo habla de una semilla moral que nos siembra y precede, a título individual. Robert Musil describe con precisión el torbellino que preludiaba y anunciaba Auschwitz, una noche de 1933: “En medio de esta opresiva incertidumbre que comienza, Annina y Otto han invitado a sus amigos; gramófono y baile. Un encogerse de hombros. En este espléndido “tiempo imperial”, las calles se llenan de gente. “La vida continúa”. A pesar de que diariamente cientos de personas son asesinadas, encarceladas, apaleadas, etc. No se trata de frivolidad, sino más bien de la impotencia de un rebaño al que empujan lentamente hacia delante, mientras que los que van en la primera fila caen en brazos de la muerte. El rebaño sospecha, barrunta algo, se agita, pero su psicología es incapaz de reaccionar, no puede, sencillamente, hacer frente a esta situación”. En nuestro tiempo, en Caína, los medios de incomunicación de masas, envenenan a diario el agua donde beben los corderos. Posted by Hello

Thursday, January 27, 2005

Auschwitz, el arte y nosotros

ZM, Dachau, 1945 Auschwitz, 60 años después. El mes de septiembre de 1944, el pintor Zoran Music fue deportado a Dachau. Jugándose la vida, realizó un largo centenar de dibujos: hombres ahorcados, hornos crematorios, cadáveres troceados, pilas de cadáveres amontonados a las puertas del Infierno. ¿Del Infierno? En su texto canónico sobre Zoran Music, Jean Clair cita a Hölderlin: “Was bleibt, stiften die Dicher”. Cuanto queda, la poesía lo funda. Aquí y allá, los nombres de miles de millares de víctimas se han escrito en piedra, para preservar el recuerdo de los hombres inmolados en holocausto sacrílego. En los poemas homéricos, cada soldado que cae en el campo de batalla tiene un hombre y su alma vuela hacia el espacio imaginario donde todos esperan la redención, caídos y eternos en la tierra inmaterial de las palabras. La poesía contemporánea precipitó nuestra conciencia en un abismo insondable. Y buena parte del arte del siglo XX se hundió en las tinieblas de la abstracción absoluta, condenada la figura humana a un destierro trágico. Cuando miles de millares de hombres desaparecían en el Infierno histórico del Gulag y los campos de concentración, víctimas del trabajo forzado y las cámaras de gas, los más grandes artistas de la época de precipitaron en la oscuridad impenetrable del expresionismo abstracto. Formado en la escuela de Goya, en el Prado madrileño, Zoran Music tomó el camino inverso: a las puertas del Infierno, decidió seguir siendo fiel a la milenaria escuela del dibujo. Y se jugó la vida para preservar las amenazadas artes del lápiz y el carboncillo. Legándonos un documento único para la historia del arte. Muchas fotografías nos dan de los campos de exterminio un testimonio mucho más amplio, trágico, espantoso. Los dibujos de Zoran Music realizados en Dachau en 1945 no son un testimonio del Infierno: si no la huella gloriosa de un artista que no cede a las sirenas de la Muerte, y está dispuesto a morir ejerciendo su oficio con nobleza. Ese combate inconcluso de las fuerzas del mal contra la cultura, el arte y las cosas del espíritu, en un instante de crisis agonal de toda nuestra civilización, nos habla de un arte de vivir y morir con gracia y en gracia. Hubo y hay enormes obras de arte que nos hablan del espanto del artista, perseguido por las Furias de su tiempo. Hay otros artistas (como Zoran Music, o como Ramón Gaya) que prefieren resistir. Jugarse la vida en defensa de una disciplina artística amenazada de muerte. Lecciones de anatomía o abandono, que el tiempo cubrirá con las cenizas o el polvo áureo de la esperada redención anunciada por Hölderlin. Posted by Hello

Mozart, La Fura, Plensa, Argullol y el cuento

Alex Ollé nos había explicado a un grupo de amigos que La Fura del Baus aceptó el “reto” de montar La Flauta Mágica para “adaptarla” a nuestro tiempo. Tal adaptación comienza por cortar el libreto de Emanuel Schikaneder con el que trabajó Mozart. Para “dar otro ritmo” a la obra y “aproximarla” a los problemas del hombre de hoy, los directivos de La Fura decidieron encomendar a Rafael Argullol un texto poemático, que sustituye (en el montaje estrenado con estrepitoso fracaso en la Ópera Nacional de París) los diálogos del libreto Schrikaneder – Mozart. Con el fin de “actualizar” el escenario encantador de la obra original, el escultor Jaume Plensa nos contó que él consideraba “añejas” muchas cosas de la retórica (literaria, masónica) de la obra, y había decidido reinstalar la trama en el cerebro humano, para darle una “dimensión onírica”. Lo que Plensa entiende por “dimensión onírica” de su escenario son unas colchonetas de plástico inflable. ¿Cómo no aplaudir la temeraria decisión de revisar, actualizar, y continuar escuchando de manera creativa una de las óperas más esenciales de la historia de la historia musical y teatral de nuestra civilización? Sin embargo, el resultado, en este caso, confirma hasta que punto la retórica del discurso “moderno” se precipita con frecuencia en el abismo sin fondo de la nadería. ¿Qué pensar de un director de escena que mutila una obra y cercena el texto original, sustituido por el texto de otro escritor que se considera autorizado a suplantar al verdadero autor de un drama que sus comentarios ocultan y “actualizan”? ¿Qué pensar de la imaginación de un escultor que considera onírico colgar un montón de colchones inflables en un escenario, creyendo superfluas las indicaciones precisas del autor del libreto y la ópera que cuenta una historia de cuento de hadas? Nada más imprescindible que dar a cada artista una libertad absoluta. ¿Pero, puede mutilarse la obra de otro artista en nombre de la creación propia, usando como reclamo publicitario el nombre del artista expoliado? Que La Fura, Plensa y Argullol hagan con su tiempo, dinero y trabajo lo que consideren oportuno es algo sencillamente palmario. Que se utilice el dinero de los contribuyentes alemanes, franceses y españoles con el fin de “modernizar” a Mozart quizá sea mucho más peregrino: la parda retórica “moderna” se enquista como un cáncer dañino por los pasillos de las burocracias políticas, convirtiendo el arte y la cultura en meras mercancías publicitarias desalmadas.

Wednesday, January 26, 2005

Se compran y se venden cadáveres. Pago al contado

En Bagdad, bandas de criminales distribuyen entre la amedrentada población civil octavillas que advierten: “Lavaremos las calles con la sangre de quienes vayan a votar”. En Caína, PP y PSOE, PSOE y PP, se tiran muertos y ataúdes a la cabeza, sirviéndose de la sangre humana derramada para lavar sus bajas pulsiones cainitas. Cuando la guerra de Irak estaba en sus comienzos, Javier Teixidor me comentaba en su despacho personal del College de France: “Los generales americanos debieran estudiar los Desastres de la guerra de Goya. Porque eso es lo que les espera: una guerra irregular, con diarias matanzas al arma blanca por las calles y encrucijadas”. Con mucha finura, Harold Bloom comentaba el Meridiano de sangre de Cormac Mc Carthy ----que descubrí gracias a Baltasar Porcel---- diciendo que es un “preludio” del Nuevo Mundo que se avecina: bandas de criminales sembrando el terror en las ciudades. Y concluía: “Es más que probable que esos personajes identificables por su salvajismo sean aclamados como héroes en muchos países del mundo, en los próximos años”. En esas estamos. Sin embargo, las matanzas africanas son mucho más feroces que los asesinatos de la banda del juez Holden de la novela de Mc Carthy. Su horda salvaje ----The Wild Bunch llamó Sam Peckinpah su mutilada versión cinematográfica de la novela---- es numéricamente modesta, en comparación con las bandas de hombres armados de machetes degollando hombres de otra étnia, antes de mutilarlos y abandonar sus restos a la intemperie selvática. Y el espanto abismal de los Desastres goyescos quizá esté ennoblecido a través del gran arte. Los diarios baños de sangre irakíes bien debieran estudiarse a través de otra nomenclatura, mucho más próxima del Holocausto endemoniado. Como la utilización publicitaria de cadáveres y ataúdes quizá sea una evolución innoble y diabólica del personaje de Antígona. Ya Ramón Gaya había escrito: “Los españoles están divididos desde siempre y antes, mucho antes, de llegar a lo político. Lo político no es más que un pretexto para su división feroz, abstracta, desalmada”. En definitiva, esa condición desalmada, que viene de la Picaresca, en nuestro caso, es indisociable del abismo donde se precipitan las sociedades sin otros principios que la rapacidad zoológica, donde los medios de incomunicación de masas tienen como principal misión vestir con una careta de “respetabilidad” las más bajas pasiones desalmadas. A nadie extraña que sean liberados, cuando no han sido exonerados de toda culpa, los instigadores, contables y responsables de la creación de bandas de matones criminales, consagradas al asesinato de terroristas. Ante tal indiferencia, ¿cómo extrañarse que las más “respetables” organizaciones “de masas” compren, vendan, comercien y utilicen como reclamo publicitario ataúdes de niños y víctimas inocentes, profanados con marcas de detergentes ideológicos?

Sunday, January 23, 2005

Actualidad del campo de concentración

"Millionen stehen hinter mir..." "Millones me siguen" G. Grostz, 1939 Posted by Hello

Antígona, en Caína

Brecht aconsejaba a los gobiernos comunistas disolver el pueblo por decreto, para intentar evitar la sublevación de los ciudadanos. A través de una educación correcta, la publicidad y los medios de incomunicación de masas, los gobiernos pueden conseguir el inmovilismo sonámbulo de las poblaciones. Sin embargo, ¿qué hacer cuando los muertos sacan los brazos de sus tumbas para agarrarse el cuello de los vivos, pidiendo paz, justicia o venganza? El ministro J. Bono se vio forzado a huir de una manifestación madrileña, organizada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), porque su presencia desencadenó un estallido de cólera agresiva entre muchos de los presentes, padres, madres, esposas, hermanos o hijos de mujeres u hombres asesinados. Hace días, una madre acusó a una banda de políticos de utilizar la sangre derramada de su hijo para manchar la cara de sus adversarios. Quienes comercian a diario con el odio, la sangre derramada y los ataúdes todavía insepultos perciben con rapidez felina el riesgo de tales estallidos de violencia incontrolada, y se cubren inmediatamente con el hipócrita manto de púrpura de la honradez, la justicia, o la dignidad ultrajada. Desde Antígona, las honras debidas a los muertos nos recuerdan que nuestra libertad solo puede echar raíces en los principios éticos, morales y espirituales donde su funda nuestra familia, nuestro pueblo, nuestra patria. Creón percibe con claridad meridiana que el respeto de Antígona por la memoria de sus hermanos muertos de manera fratricida es una amenaza contra la Tiranía, que se funda en la ruptura de los lazos de sangre, amor, solidaridad, respeto y justicia entre hombres encadenados. Tras haber sembrado el odio (y Bono no desconocía, ni mucho menos, las maniobras de reptiles que culminaron con la fundación del GAL), este o aquel gobernante también aspira a chupar la sangre de las víctimas sepultas o insepultas: todo es bueno para chupar basura audiovisual. La madre de un niño asesinado en Atocha ----entre otros centenares de víctimas inocentes----, los padres, hermanos, esposas o hijos de otras víctimas, protestan como pueden, como saben o el corazón les dice de hacerlo. Los muertos se agarran al cuello de sus familiares y les hablan de la casa que habían intentado fundar y hoy están manchada de sangre inocente. Antígona se enfrenta al Tirano para honrar la memoria de sus hermanos muertos a las puertas de la Ciudad. El suyo es el combate tan actual de la Cultura (lo bueno, lo justo y lo bello) contra la Tiranía que nos encadena en su ergástula de conformismo al convertirnos en fantasmas sonámbulos, pasto de fuerzas ciegas y anónimas (las Furias de la dramaturgia griega del siglo V), que una educación correcta, la guerra publicitaria permanente y los medios de incomunicación de masas manipulan en su beneficio, para nuestra perdición.

Saturday, January 22, 2005

Desterrados en el Paraiso

Con motivo de su presentación en la Ópera de París (Garnier), por los mismos años que su compañía también triunfaba en Berlín, Blanca Li me comentaba que, en verdad, la España oficial le niega y el pan y la sal a la danza y la coreografía contemporánea. Ayer estuve escuchando a Alex Ollé (La Fura del Baus) y Jaume Plensa hablar de su nueva versión de La Flauta Encantada de Mozart, que presentaron hace un par de años en Bochum, con motivo de la Ruhrtriennall. Puede discutirse el puesto de Blanca o la tropa de La Fura en la historia de la danza, el teatro, el espectáculo, la escenografía. Y ya sería buena cosa entrar a discutir acciones poéticas como las que ellos inventan, a espaldas de la inmensa burocracia cainita, que ya tiene siglos de historia. Toda la gran música española contemporánea se escribe, estrena y triunfa antes en París que en Madrid y Barcelona. Los exilios de Albéniz, Granados, Falla, etc., son una página vergonzosa de insensibilidad, destierro y agonía. Cada caso, cada historia, cada personaje, tiene su propia historia. Los triunfos internacionales de Albéniz son el contrapunto feliz a la muerte de Falla, inconclusa su obra, lejos de su patria. ¿Qué hubiera pensado Falla de las cuatro representaciones de la Atlántida presentadas por la Fura en su Granada natal? ¿Qué hubiera pensado Mozart de su Zauberflöte revisitada por Plensa y La Fura? Hace años, en mi ensayo sobre la Atlántida (Verdaguer – Falla), con el que se cierran los capítulos finales de De la inexistencia de España, me preguntaba si la historia misma de España no se confunde con ese épico proyecto musical: una Atlántida perdida en el abismo oceánico del tiempo, desconocida de sí misma. El trabajo de La Fura – Plensa se inscribe en ese horizonte utópico: rescate, relectura y reconstrucción de una arquitectura espiritual abandonada, desterrada, proscrita, condenada a vivir en un exilio errante. El morisco de Cervantes también es un extraño en su patria, víctima de una guerra civil no sé si inconclusa. Muchas cosas de Falla se estrenaron en París, mucho antes que Madrid o Barcelona aceptasen tales obras. La Ópera Nacional de París estrenará el lunes (24-1-05) un trabajo de La Fura – Plensa, que nadie ha imaginado dar a conocer en el Real madrileño ni el Liceo barcelonés. En el terreno escénico – musical, la Atlántida (Verdaguer – Falla) continúa siendo la parábola, el misterio cuya representación, en Madrid o Barcelona, justamente, debiera obligarnos a contemplar esa extrañeza original, ese destierro del español en su patria. Que ya era el problema de cada día para Cervantes y su personaje.

El Martirio de San Sebastián

La Fura, 1997 Posted by Hello

La Atlántida

La Fura, 1996 Posted by Hello

La Flauta Mágica

La Fura, 2003-2004 Posted by Hello

Friday, January 21, 2005

On the road again

WS, ".. What a work of words is man.." Posted by Hello

Larra, hoy

Cito a Larra de memoria: Escribo lo que no pienso. Callo lo que pienso. Me pagan a tanto la cuartilla. Malvivo de tan luctuoso comercio. Quemo las cuartillas escritas en soledad, donde escribo lo que pienso y pudiera costarme la vida. Soy un buen periodista. La naturaleza industrial de los nuevos medios de incomunicación de masas quizá agrave esa relación perversa entre la palabra, el pensamiento y su difusión impresa. Adaptarse para sobrevivir, remando a diario por las aguas de ese océano poblado de tiburones y muchas otras especies rapaces, carnívoras, requiere una disciplina marcial, unos nervios de hierro. El aspecto zoológico de la situación remite al Esperpento valle inclanesco: El joven vanidoso que escribe arcaísmos endemoniados negocia a buen precio el salario del veneno que destila. Y quienes pagan sus infamias lo hacen por mero lucro: está probado que la basura vende. El aspecto desalmado de la historia remite a los Sueños de Quevedo: El viejo crapuloso vende sus canutos de porquería a una marca registrada, cuya primera fuente de negocios es el tráfico con ideas muertas. Creyente en la religión cristiana, Quevedo podía temer el Infierno. Creyente en la religión del progreso, Larra temía el fin de todos los principios morales. Testigo del hundimiento fáustico de tal arquitectura espiritual, Valle Inclán ilumina los restos del campo de batalla: bestezuelas y animales de presa se disputan en el Ruedo Ibérico, a dentelladas, los despojos de antiguas dinastías vencidas. La compra venta de cantidades industriales de papel impreso no puede crecer de manera indefinida enarbolando a toda hora las herrumbrosas lanzas de la guerra civil. El marketing sugiere la utilización publicitaria de paisajes artificiales, marcas, productos, bajezas, miserias, cuyo comercio reporta mucho dinero. El “entretenimiento” ----la manera de amueblar la conciencia ociosa de los ciudadanos indefensos---- se utiliza como recurso muy eficaz de vaciado de las almas. En ese marco, las tribunas de los periódicos funcionan con alarmante frecuencia como púlpitos, minaretes, consagrados a la producción masiva de basura. Y es tan sustancioso el comercio con miserias, trapos sucios, consignas, infamias e ideas muertas, que los diminutos clérigos de las nuevas sectas sin Dios ----ni otras ideas fijas que la vanidad, la envida y el lucro---- solo discuten con sus amos la publicidad de sus entretelas y el precio de sus bajonazos. Basta con visitar la librería de una cadena o supermercado para comprobar la buena marcha de tales negocios. Pero, me digo, sería erróneo abandonarse al nihilismo suicida. El arte de la retórica con el que Larra denuncia ----el primero---- tan luctuoso comercio pone de manifiesto que el manejo inteligente de las palabras, a la manera del sofista, pero con muy otros fines, puede permitir nuevas formas de resistencia contra la Muerte que nos cerca, si se tiene un mínimo de experiencia marcial en el manejo de las palabras, utilizadas con gracia.

Thursday, January 20, 2005

"Esperando a los bárbaros..."

Caldetes, 20 agosto 2004 CC, Jonio, ".. cuando un alba de agosto despunta sobre ti.." Posted by Hello

Águilas, Totana, Ítaca, Thule...

R* me escribe desde Murcia y me da noticia de Águilas, el pueblo al que nunca pudo volver mi abuelo Juan ----perdido el barco en el que regresaba desde América, en busca de su familia, en el abismo marino de una tormenta atlántica----; el pueblo al que mi padre soñaba volver cada año, desde que salió de la cárcel, la Nochebuena del año anterior a mi nacimiento. Poco antes de las últimas Navidades, G* me escribía desde Nueva York, con una brizna de nostalgia, diciéndome que nunca había comido melocotones como los de Totana, que, siendo niño, su tía S* le llevaba a Murcia en un cestito de mimbre. Como también yo guardo el mismo recuerdo encantado de los mismos melocotones, me pregunto si frutos tan inolvidables no pertenecen a una especie muy semejante a la de los cerezos de la poesía china clásica: realidades inmateriales de las que se sirven como metáforas algunos escribas, con mayor o peor fortuna, para hablar de las cosas menos perecederas de la creación. En definitiva, el azul marino de la playa del Hornillo, los perfumes de la huerta de La Fuensanta ----desvaídos sus colores por la luminosa violencia solar que ilumina tales paisajes a última hora de las mañanas veraniegas----, el sabor olímpico de los melocotones murcianos, son realidades bien materiales que la memoria de G*, o la mía, en Nueva York o París, transforma en materia espiritual, nostalgia, melancolía, recuerdos, que las palabras ----en nuestro caso----, o la acuarela o la pintura al óleo ----en el caso de Ramón Gaya---- transforman en una realidad de otra naturaleza que forma parte de la historia de los estilos artísticos. La Cartagena bizantina, la Almería del siglo IX al XI, fueron puertos cosmopolitas; uno de los caminos por donde las doctrinas griegas, judías, alejandrinas, cristianas y musulmanas de la “materia inmaterial”, comenzaron a sembrar lo que más tarde vendrían a ser las nociones del amor y del espíritu donde se funda nuestra civilización. Algunos óleos de Gaya todavía hablan de esa fabulosa aventura. Con frecuencia, me ha gustado pensar que Ibn Arabí pudo dormir algún día en la cuenca del Guadalentín, no lejos de nuestra tierra de Hondales, en Totana, camino del destierro. Pero la última vez que llevé a Carmen, Juan Florencio y Pedro Juan a Xátiva ----corriendo por las nuevas autopistas que han enterrado las viejas carreteras por donde yo hice auto-stop, entre Valencia y Almansa---- persiguiendo en vano el fantasma del autor de El collar de la paloma, volví a morder el polvo de la misma derrota: siglos y siglos de guerras civiles solo han dejado horrorosas huellas de inconclusos desastres; y el fantasma de Ibn Hazm solo vaga, insomne, atormentado, proscrito, por las parameras de una tierra que no pueden ver los ojos. Tierra inmaterial, como la de Ítaca, o la de Thule, perdidas en una geografía que no sé si calificar de imaginaria, ya que, en definitiva, ni Jim Hawkins, G*, ni yo mismo, tenemos una cartografía muy precisa donde intentar encontrar la situación exacta de esa Isla del Tesoro que continuamos buscando y quizá solo exista en nuestra ilusión: el Paraíso proustiano por excelencia, la linterna mágica de Nabokov, con la que el Soñador de Lawrence concibe la revuelta de los proscritos contra el orden endemoniado de la historia.

Wednesday, January 19, 2005

Esquina Desengaño, 30 diciembre 2004

De Madrid al cielo Cuando yo llegué a Madrid por vez primera, me hospedé en una pensión de la calle del Desengaño, paralela a la Gran Vía, donde, pocos años atrás, Agustín García Calvo había fundado la Academia donde se discutieron los textos fundacionales de la futura Comuna Zamorana. En distintos números de la misma calle vivieron largas temporadas uno de los colaboradores de la matanza de Munich, una de las esposas de uno de los primeros líderes del Frente Polisario (primera novia de un afamado columnista) y un miembro del Grapo partidario de practicar el incendio indiscriminado de supermercados, siguiendo las tácticas de la Fracción Ejército Rojo alemana. Junto a la iglesia de la esquina, se ha instalado un sex-shop. La misma manzana está hoy ocupada por un hormiguero de prostíbulos, alguno de los cuales se anuncia con letrero fluorescente: Crazy Girl. Al anochecer, algunos camellos miserables deambulan por los alrededores vendiendo basura a quien la compra. Posted by Hello

El Mercado del Terror

Mientras contemplo en la tv las primeras imágenes del atentado de Guecho, abro una carta de F* ----amenazado de muerte en varias ocasiones---- y leo el último correo de M*, con quien paseo por la playa de Las Arenas una o dos veces al año, a unos pasos de donde estalló la última bomba de ETA, no lejos de donde fue asesinado otro inocente, frente a la casa de los S*, atracados a punta de pistola, con el padre secuestrado en un zulo criminal. La genealogía del Terrorista ----figura arquetípica de nuestro tiempo, como el Trabajador de Jünger; contemporáneos ambos de los Slopes de Faulkner, con quienes tiene en común semejante y abismal ausencia de escrúpulos morales---- ¿echa sus raíces en el inmoralismo de Alcibíades, en las ejecuciones de la secta musulmana de los Asesinos, en el Terror revolucionario de 1793, o en el nihilismo de los Endemoniados de Dostoievski? Resulta ocioso, inútil y harto confuso tratar al Terrorista de “nazi”, “fascista”, “comunista” o “nacionalista”. Y tal confusión lingüística quizá comporte peligrosas distorsiones: porque se oculta, distrae y hace todavía más opaca una realidad trágica, ensangrentada; convertida la misma sangre humana en materia de lúgubre comercio audiovisual. Hace muchos años, poco después del asesinato del almirante Carrero Blanco, el redactor jefe de Cuadernos para el Diálogo me corrigió un artículo y justificó su gesto ----que yo interpreté como una censura---- diciéndome: ETA sabe a quien mata. Muchos años después, en casa de un amigo guipuzcoano, al final de una velada navideña, alguien nos advirtió en broma: Tened cuidado, ETA os puede poner una bomba. Solícita, una monja de la familia, muy obsequiosa, salió a despedirme y tranquilizarme: No te preocupes por tus hijos. ETA sabe a quien mata. Con motivo de un viaje familiar a Zarauz, hice un alto en una encantadora abadía vasco francesa que, años atrás, había servido de refugio a los dirigentes históricos de Iparretarrak. Un clérigo muy anciano, consagrado a la oración, me confesaba: Desde niño supe que Dios me había enviado para traducir los Salmos al euskera. Siglos atrás, un legendario cabalista cristiano estaba convencido que el euskera es una de las lenguas divinas que se salvaron en el Arca de Noé, tras el Diluvio universal. El cabalista, la monjita y el clérigo tienen la fe mesiánica de quienes se consideran llamados a propagar una doctrina de salvación universal. El Terrorista de nuestro tiempo pretende dar un tortuoso curso al rosario de sus crímenes, embozado tras las máscaras ensangrentadas del inmoralismo, el fanatismo, el mesianismo político y el nihilismo criminal, que el periodista, el político, el diplomático también utilizan con fines a geometría muy variable. Fui el único periodista español que cubrió la primera sentencia de un tribunal de justicia francés declarándose favorable a la extradición de un etarra. No lejos de Bayona, Mitterrand había anunciado a los padres del acusado que su hijo nunca sería extraditado si él era elegido presidente. En Madrid, Diario 16 afirmaba que tal etarra era culpable de una prolija relación de asesinatos; y el director del periódico ----adoctrinado por los ministros de exteriores e interior---- pedía la “ruptura de relaciones diplomáticas” con Francia, si el gobierno francés no accedía a las extradiciones pedidas por Madrid. De vuelta a casa, tras improvisar una crónica radiofónica, dando noticia de la sentencia favorable a las exigencias madrileñas, el embajador de España me sometió a un amistoso interrogatorio telefónico. Acto seguido, le pregunté: Oye, embajador, ¿qué ocurrirá, ahora que Francia accede por vez primera a la extradición de un etarra?. Y el embajador de España me respondió, lacónico: En menudo embolado nos han metido. En realidad, los cargos que pesan sobre ese chico son muy flojitos.

Tuesday, January 18, 2005

Auxy, 4 septiembre 2004

GSamsa, ..eines Morgens aus unruhigen Träumen.. Posted by Hello

Caldetes, 1 noviembre 2004

El misterio de Ítaca Posted by Hello

Buenas razones para envenenar el agua de las ciudades

Todas las razones son buenas para envenenar a diario el agua de los pozos, los ríos, los embalses y los supermercados. Doña T** elogia el carisma de un monarca autócrata, hijo de un déspota, crecido en un lupanar, enriquecido con la venta de estupefacientes, mantenido en el trono a través de la indigencia de sus súbditos y la venalidad de sus militares, porque así satisface en público el placer solitario de escupir contra el rostro de un vencido, que es imprescindible humillar a diario, en nombre de la verdad, la justicia y el progreso. Mientras, la locura esquizofrénica se transmite con eficacia a través de los medios de incomunicación social. El vencido gobierna beneficiándose de las malas artes de sus aliados locales, a quienes a diario traiciona en Madrid con marrullerías inconfesables, negociadas a media voz en la trastienda de la Moncloa. Dos hijos encumbrados de la Benemérita se disputan campanarios y banderas: uno espera prosperar disfrazado de general con mando en plaza; otro redacta sombríos manifiestos, proclamando la no tan lejana soberanía de su minúscula república de opereta. Desde el púlpito tabernario, los matones de atar echan mano a sus herrumbrosos fusiles: “Para gobernar España, es necesario bombardear Barcelona cada cincuenta años”. Sibilino, desde las madrigueras del Poder, el joven sacerdote de una iglesia difunta mueve sus peones con discreción sonámbula: “Es necesario linchar a este locutor insurrecto. Yo impartiré ostias bendecidas en la capilla particular de nuestro cortijo audiovisual. Las beatas que cobran de los fondos de nuestros padrinos darán grititos de placer al escucharme” El coro de acémilas audiovisuales se quita o se pone la corbata, pone el cazo al mejor postor, eructa, ventosea, airea sus miserias, lanza a los cuatro vientos sus pócimas envenenadas, que, siendo lo que es la meteorología mesetaria, terminan acumulándose en el cielo, formando nubes tóxicas que no tardan en precipitar granizo, piedra, bastonazos, agua podrida. De hecho, convertida la política en supermercado del odio, las alzas y bajas de los precios apenas afectan a la enfermedad del espíritu que lentamente envenena la vida de quienes están obligados a consumir basura para ir tirando del yugo de una existencia convertida en mercancía, cuando se tiene a alguien que la compre. El tedio, la acedía, el desencanto de miles, millones de ciudadanos indefensos, es un objetivo comercial tan atractivo como la producción de cereales, tubérculos o legumbres. En la antigua PAC (Política Agraria Común), los contribuyentes alemanes pagaban precios protegidos a los agricultores franceses, para intentar construir una Europa carolingia. En la nueva UE, los Estados se reservan el derecho de manipular a su antojo la incultura audiovisual, convertidos los ministerios del ramo en organizaciones de producción de emisiones de pompa, publicidad, fastos, promoción y jolgorio con el que amueblar el desierto urbano iluminado con luces de neón.

Monday, January 17, 2005

Gare St. Lazare, Monet, 1887

www.unatemporadaenelinfierno.blogspot.com Posted by Hello

Gare St. Lazare, 12 enero 2005

WBenjamin, Progreso eterno retorno catástrofe Posted by Hello

Demonios audiovisuales

Cada mañana, un anciano fanático se sube al púlpito de su tribuna y lanza sierpes envenenadas entre sus fieles, que se han despertado bebiendo el agua podrida de un predicador radiofónico. Desde el minarete de otra mezquita audiovisual, una señora que vende sus vergüenzas al mejor postor eleva su voz para ofrecer a los transeúntes melaza infectada con basura. Desde los palcos de su palacio, pagado con el dinero negro de sus chantajes contra personajes de muy diversa ralea política, un ave carnívora con tirantes y plumaje de cuervo a la moda hace propaganda de sus pócimas envueltas en papel amarillo mostaza. En la sacristía de una iglesia bien pensante, el párroco profana a diario un largo rosario de ataúdes, que los fotógrafos de su parroquia fotografían con las polvorientas banderas mil veces usadas para enterrar cadáveres. Entre esa fauna, en el mercado de las ideas muertas o averiadas, P** ocupa un puesto único. Afortunado propietario de grandes huertos meridionales, ganó el cielo cristiano sirviendo con infidelidad a una alta autoridad eclesiástica, aspiró a los palacios ministeriales de sucesivos gobiernos conservadores o socialistas, cobró las canonjías de la alta función pública internacional y pontifica desde el púlpito pagado con sus inversiones, siempre servicial con sus poderosos y cambiantes amigos. Quizá las miserias contadas por Suetonio sean más atroces. Pero no poseían la gangrenosa condición de las epidemias propagadas en nuestro tiempo en nombre del bien, la verdad y la justicia. Ya que Caína ----Babilonia de naciones mal ajuntadas, para Baltasar Gracián---- es víctima de distintas mafias filantrópicas, propagando nuevas enfermedades con su comercio nefando de medicinas averiadas. De hecho, en no pocos casos, los bulderos de turno ya comenzaron traicionando a sus familias, traicionando a sus esposas, indiferentes cuando no propagandistas de la basura que sus hijos se pinchaban en las venas. ¿Contarán esa historia los futuros biógrafos de nuestros traductores de Lou Reed y nuestros predicadores del Terror genuinamente progresista? El marido que abandona a su esposa cancerosa, para gastarse sus ahorros comprando basura con la que seducir a una buscona, es hoy una figura eminente entre los personajes desalmados que venden con mucho éxito la más codiciada porquería audiovisual. Tales figuras del Ruedo Ibérico amueblan el odio, el tedio y la acedía de los más humildes, necesitados y perdidos en la noche urbana. Julien Green me recuerda la sentencia de un místico: “Los pueblos caminan hacia el infierno”.

Variaciones sobre la inexistencia de España

¿Porqué castellanos, andaluces, extremeños, murcianos, etc., no pueden, no desean o no quieren comprender que un número significativo de vascos, catalanes, gallegos y gibraltareños solo quieren saber poco o nada de España? ¿Puede existir una comunidad “nacional” si sus miembros ----o presuntamente tales---- no comparten un mínimo de principios comunes, de carácter espiritual y cultural? De hecho, ¿puede existir un “pueblo” cuyos miembros tengan visiones antagónicas y fratricidas sobre la misma historia común? ¿Existe una realidad histórica absoluta, presenta, pasada y venidera, cuya veracidad indiscutible pueda ser aceptada por todos los miembros de un tejido social a geometría variable? ¿Cómo influyen en la vida moral de los ciudadanos la demagogia política, la manipulación publicitaria de la historia, el Terror indiscriminado, la violencia callejera, el asesinato de inocentes y la propagación audiovisual del odio? Siendo lo que son los modelos electorales, quizá no haya respuesta puramente política a tales preguntas: cada una de las partes está interesada en instrumentalizar el odio con fines “comerciales”; la victoria temporal de una facción solo incrementa las tentaciones fratricidas de la facción adversa; y la guerra audiovisual permanente solo aventa nuevas semillas desalmadas, sembrando cada día nuevas razones para odiar al vecino. Quizá solo un imaginario “diálogo cultural” pudiera avanzar razones para intentar salir del pozo de hiel donde la historia nos hunde cada día más hondo. Pero todos los resortes de las industrias del ramo están consagrados a privar a los ciudadanos de tales mecanismos de comprensión. No sé si la cultura pudiera salvarnos tal abismo de odio e incomprensión. Pero es una evidencia que el matonismo navajero, la basura audiovisual, los cementerios profanados, la cicuta ideológica y la sangre corriendo por las calles han sembrado los pueblos con adefesios y ataúdes. De hecho, me digo, los medios de incomunicación de masas solo hablan de “política”: que es la manera más eficaz de prolongar indefinidamente una guerra civil sin principio ni fin. Hacia el siglo XI, la etimología de la palabra “español” ya planteaba el problema es su raíz última. Para Gracián, ya se trataba de una vieja historia fratricida, que el morisco de Cervantes ilustra en una de sus versiones “nacionales” mejor conocidas y Goya nos hace visible en su versión más trágica: Saturno devorando a sus hijos.