Esquina Desengaño, 30 diciembre 2004
De Madrid al cielo
Cuando yo llegué a Madrid por vez primera, me hospedé en una pensión de la calle del Desengaño, paralela a la Gran Vía, donde, pocos años atrás, Agustín García Calvo había fundado la Academia donde se discutieron los textos fundacionales de la futura Comuna Zamorana. En distintos números de la misma calle vivieron largas temporadas uno de los colaboradores de la matanza de Munich, una de las esposas de uno de los primeros líderes del Frente Polisario (primera novia de un afamado columnista) y un miembro del Grapo partidario de practicar el incendio indiscriminado de supermercados, siguiendo las tácticas de la Fracción Ejército Rojo alemana. Junto a la iglesia de la esquina, se ha instalado un sex-shop. La misma manzana está hoy ocupada por un hormiguero de prostíbulos, alguno de los cuales se anuncia con letrero fluorescente: Crazy Girl. Al anochecer, algunos camellos miserables deambulan por los alrededores vendiendo basura a quien la compra.
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