Clara Gangutia y el terrorismo de la nueva crítica de arte
CG, "Paseo por el Bósforo", 2003, o/L, 76 x 84 cm Gracias a Leandro e Iñigo Navarro, entre otros, como Artur Ramón, Guillermo de Osma, o los animadores de galerías como Estampa (Madrid), My Name’s Lolita Art (Valencia) o Siboney (Santander), sigo a mi manera el trabajo de muchos artistas figurativos que, para mi sensibilidad, realizan una obra esencial, proscrita, silenciada, a contra corriente, en olímpica soledad. Ramón Gaya, Antonio López, Valls, Carmen Laffon, José Hernández, Luis Marsans, Guillermo Pérez Villalta, Sebastián Ramis, Esperanza Nuere, José Manuel Ballester, Gonzalo Sicre, Gerardo Pita, Ángel Mateo Charris, Serra de Rivera, Dis Berlín, Andrés Rábago, Iris Lázaro, Antonio Rojas,Juan Ángel G. de la Calle, Juan Correa, María Gómez, Isabel Baquedano, Chema Madoz y un larguísmo etcétera son maestros de muy diversa condición, cuya obra, colectiva, ilustra la importancia crucial de la figuración artística, hoy, víctima de las nuevas modalidades del terrorismo crítico. El iluso lector que espere encontrar noticia informativa del trabajo de la inmensa mayoría de ellos se precipitará en un abismo de silencio sin fondo: las páginas de arte de los periódicos y las revistas han sido tomadas por sectas de flagelantes doctrinarios, de una insensibilidad artística absoluta, un desesperante fanatismo “vanguardista”, y unas frenéticas manías policiales. Ese comportamiento sectario y totalitario ha hundido el arte francés del último medio siglo y es una amenaza peligrosa para una de las ramas más fecundas de las artes plásticas españolas. En el caso español, el problema se agudiza en muchas “cátedras” de arte “contemporáneo”, desde donde pontifican lúgubres personajes de capilla doctrinal. Son infinitas las maneras de hacer arte. Cuando hay artistas capaces de manejar el vídeo, la acuarela, el óleo, internet, el blog, la fotografía numérica o la vieja artesanía del lápiz y el papel en blanco. Artesanía milenaria a la que son insensibles las bandas de clérigos fanáticos que pontifican a bajo precio en los periódicos. Tras comentar con J* tales evidencias ----que él se ve obligado a callar, crítico eminente, perseguido por razones que no vienen al caso----, contemplo algunas reproducciones de óleos recientes de Clara Gangutia, una “realista” tradicional cuyo trabajo admiro desde hace muchos años. Y el esplendor marítimo de su obra última me sorprende, maravilla e ilusiona. Hay otros mundos. Y están en este. No en los cementerios de las páginas de arte sembradas de chucherías insignificantes, horrorosos artefactos desalmados.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home