Bloom y la manipulación comercial e institucional de la incultura

Toni Ibàñez desvela con mucha finura irónica el rostro más desagradable de Harold Bloom -cuyas biografías inglesa y española difieren de manera sustancial, callando lo esencial-, el de un maestro oportunista, trepador, dejando al descubierto, sin pudor, una cierta ignorancia supina en temas que manipula al gusto del auditorio que le paga. Maniobra institucional, al mismo tiempo, que ilustra de inquietante manera los mecanismos de corrupción de la cultura que yo mismo denunciaba -perdón por la inmodestia- con motivo del mismo Bloom, Internet y las Amenazas que pesan sobre la lectura, el arte, la cultura y las humanidades. Nobody is perfect (Cita a todas luces canónica de Billy Wilder, que sí fue un genio, también era judío, aunque nunca supo yiddish ni sospecho que creyese en la resurrección de los muertos, a través de internet. Aunque..). [ .. ] Európolis. Cecilia y Nicolas Sarkozy: sexo, política y tortuosos negocios