La Magdalena, Juliette Binoche, Abel Ferrara, Nestor Almendros, Carla van de Puttelaar y la lucha de la luz contra las tinieblas

Más allá de lo que el público y la crítica piensen de Mary, la nueva película de Abel Ferrara, me atrae el personaje de María Magdalena interpretado por Juliette Binoche, que ella evoca de este modo: “Siempre tuve necesidad de lo sagrado. Mi amigo Jean-Yves Leloup, traductor del Evangelio de María, me introdujo al personaje. Leí los evangelios apócrifos. Y creí comprender que la Magdalena, María de Magdala, una antigua prostituta, buscaba algo así como el amor: la fuerza que transforma la materia en luz, en iluminación, el agapé de los griegos”. El eros griego y el agapé greco/cristiano se comunican a través de la comunión de los cuerpos y las almas, en el lecho, la cena o el banquete. Aventura erótica, carnal, moral, espiritual. Que una actriz explique su trabajo recurriendo a tales sutilezas --tan presentes en la mística religiosa, cristiana, judía y musulmana-- ya es algo muy fuera de lo común, muy presente, sin embargo, en la obra de grandes fotógrafos, como Nestor Almendros o Carla van de Puttelaar, cuyo trabajo se sirve de los cuerpos desnudos y las adolescentes en flor para hablar de la incierta lucha contra el mal gusto que nos rodea. Desigual combate de la luz contra las tinieblas. La crítica [Liberation] [Cahiers de Cinema] queda aparentemente deslumbrada: no es poco, tratándose de una película que no sé si podrá estar a la altura de la ambición aparente de Juliette Binoche. Que así sea.