Aron In Memoriam
Al azar del centenario, vuelvo a releer a salto de mata
textos para mí esenciales de Raymond Aron (1905 – 1983),
que tanta influencia ejerció en mi lejana “pasión” por los
negocios diplomáticos.
A vuela pluma, me asaltan estas frases:
----Lo que está en juego en nuestra época es la supervivencia
misma de las instituciones libres.
----Europa sueña con salir de la historia, cuando otros
pueblos piafan por entrar por la puerta grande del
derramamiento de sangre.
----Giscard y tantos otros, como él, ignoran que la historia
es trágica; y siempre acaba mal...
Los profetas de la revolución armada (Sartre) le reprochaban
su crítica implacable de las tiranías comunistas. Los
discípulos de los profetas de la revolución libre cambista
(Hayek) le reprochaban su concepción trágica de la historia.
Son infinitas las diatribas que suscitaron su libertad de
criterio, muy molesta para los clérigos de las más variadas
cofradías ideológicas (Y, para Aron, y para mi, el “ideólogo”
es algo muy parecido al sofista griego: un personaje cuya
retórica puede justificar la tiranía, en sus más diversas
modalidades, incluidas las tiranías de nuestro tiempo, que
echan sus raíces en la manipulación publicitaria y la
agit-prop ideológica, justamente). Paso.
Esa soledad olímpica lo emparenta, para mí, con Tucídides
(analista de la guerra y profeta de la ruina de Atenas) y con
Walter Benjamín denunciando los paraísos de aire
acondicionado (HMiller) con esta sentencia: El progreso es
algo así como el eterno retorno de la catástrofe.
Comentando el reencuentro final de Aron y Sartre, en el
Elíseo, a donde fueron a pedir socorro para los vietnamitas
que huían de su patria en pateras, André Glucksmann,
comenta el vacío que nos cerca de este modo: Somos
ciudadanos sonámbulos de una Europa post histórica,
post ética, post filosófica. Indiferentes al genocidio Tutsi,
ayer. Indiferentes a la masacre del pueblo Tchecheno, hoy.
¿Qué ha sido de mis amigos de ayer?
1 Comments:
Hola a todos:
Suele pasar que a quien busca la objetividad, los analisis ecuanimes, sin aceptar los presupuestos de unos ni de otros, todos le hagan blanco de sus diatribas, por su desgracia, ya que hoy dia no se acepta un tercer espacio alternativo (no confundir con la tercera via de Blair, que si eso es socialdemocracia nos reimos todos un poco) al "estas conmigo o contra mi", tan habitual por desgracia hoy dia. Por cierto, si Herodoto es el padre de la Historia, es Tucidides quien aporta una metodologia y un caracter cientifico - historiografico, desconocido hasta ese momento. Os recomiendo a todos un libro que es un clasico, al menos para mi que es La historiografia griega de Arnaldo Momigliano ( Barcelona, Critica, 1984) y que como suele ocurrir para libros tan interesantes como este, lo encontre en la Feria del Libro de Ocasion.
Saludos a todos.
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