Sunday, February 13, 2005

Arthur Miller, profanado

¿Valdría la pena escribir a diario de cultura e ignorar el lamentable espectáculo desalmado de la “cobertura” de la muerte de Arthur Miller en España? ¿Es imposible no profanar a los muertos con la ignorancia, el vampirismo y el voyeurismo más obsceno y endemoniado? De entrada, Miller no es Brecht, ni Artaud, ni Valle-Inclán, ni Thomas Bernhard. Él es Arthur Miller, hijo de judíos obligados a huir de Rusia. ¿Es imposible ensalzarlo sin adjetivos grotescos, ignorando su puesto en la historia del teatro norteamericano? ¿Es tan difícil comprar un libro donde ese puesto se matice con precisión, sin necesidad de ignorar a Eugene O’Neill, Tenesse Williams, Edward Albee o Sam Shepard? ¿Hay algún demérito en que O’Neill sea un clásico muy anterior, Williams ganase mucho más dinero, Albee ganase más premios Pulitzer, y las nuevas generaciones prefiriesen a Shepard? ¿Es honrado glorificarlo muerto y callar su compromiso radical con la cultura yiddish y judía? ¿Es justo ensalzarlo por lo único que interesa ladinamente a sus enterradores de ocasión, silenciando sus tragedias genuinas, comenzando por el desinterés de los grandes actores por su obra, más atraídos por Hollywood que por un teatro de otro tiempo, también rechazado por los autores, directores y grupos de los últimos treinta años, más atraídos por cosas “vanguardistas”? La ignorancia, la mala fe y la mecánica endemoniada de los medios de incomunicación, obligando a escribir a raudales de cuanto se ignora, con una urgencia que silencia a quienes verdaderamente saben ----profesores, directores, incluso alumnos----, tienen parte sustancial de culpa. Sin olvidar algo esencial: la necrofilia sexual vende mucho. La obsesión obscena con su historia de amor con Marilyn es una manera me temo que odiosa de profanar las tumbas de sus dos últimas esposas, la fotógrafa Inge Morath y la pintora Ange Barley; dos mujeres a quienes amó y le dieron hijos y nietos. Para alguien comprometido con la cultura y el respeto debido a los muertos ----el tema siempre actual de Antígona, retomado en este colérico responso----, tales olvidos tienen algo de endemoniado.

2 Comments:

Blogger Wallenstein77 said...

Hola a todos:

Peor ha sido a mi juicio de proyecto de historiador, la "cobertura" que se dio a Tusell, salvo en el grupo donde colaboraba. Independientemente de que fuera mas o menos simpatico en ciertos circulos o que estuvieramos de acuerdo o no con muchos de sus planteamientos, fue un Historiador con prestigio (quizas sobrevalorado un poco) que ademas participo en politica con UCD y tuvo cargos de responsabilidad en materia de cultura, etc. Sin embargo, no le dieron mas que una reseña de medio minuto y un minuto en A3 y Tele 5. A esto se suma el poco respeto y catadura moral de algunos, que siendo una persona que ha muerto, se le siga criticando (falta de caridad cristiana desde mi modesto punto de vista). Por tanto lo que dices de Arthur Miller, es totalmente cierto.No damos el mas minimo relieve cultural o profesional a gente de valia (estemos o no de acuerdo con sus planteamientos) y sin embargo no hacemos mas que malgastar arboles para hablar de personas que no aportan nada a la sociedad, ni a nivel humano ni profesional. Solo por Las brujas de Salem y su denuncia de la "caza de brujas" es un autor que merece la pena. Lo curioso es que en EE.UU. se le tacharia de liberal y aqui de progre.
Saludos a todos.

12:05 PM  
Anonymous Anonymous said...

¡un respeto para los muertos!!!!!!

f.

12:32 PM  

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