Perversa filantropía carnívora

Su bizantina complejidad oculta a la opinión pública y a la tropa literaria tradicional algunos mecanismos perversos del presupuesto común de la UE: ● Se pagan impuestos comunes, con los que dar ayuda financiera directa o indirecta a las flotas de pescadores, que no siempre son pobres pescadores solitarios. ● Para proteger a los pescadores miembros de la Unión, se ponen cotas y barreras aduaneras a los pescadores de los países pobres: que no pueden vender los frutos de su pesca en los mercados de la Europa rica. ● Faltos de mercados donde vender su pesca o sus productos transformados, los países pobres se hunden en su pobreza. ● Los barcos de la UE pueden pescar fácilmente en las aguas territoriales de esos mismos países, o en sus inmediaciones. ● Cuando los hijos de los pescadores pobres de esos países intentan huir de su patria, para buscar para y libertad en nuestra UE, nosotros los expulsamos, considerados como indeseables que amenazan nuestra riqueza. [ .. ] El Telegraph londinense resume la historia con cinco líneas brutales, citando los casos concretos de Senegal, Malí y Mauritania, y poniendo el dedo en otra llaga, ecológica: “La flota pesquera española es la más destructora de Europa” (..) “Bruselas paga sumas astronómicas, para que las flotas europeas destruyan las aguas del Tercer mundo”. [ .. ] Európolis. Cooperaciones perversas.