París-Barna-París, a la espera de Lezama-Zambrano
Murciano en el destierro, mañana corro una maratón París-Barcelona-París en 48 horas, para recoger a C., JF., PJ. -esposa e hijos-, Inés y Buck -dos pequeños yorkshires. Me hubiese gustado hablar de la correspondencia Lezama-Zambrano, que imaginaba en forma de “joya preciosa” y es un verdadero monumento. Pensaba ilustrar esta entrada con un cuadro célebre de David Hockney (My parents, 1977). El curro y la infame turba de aves nocturnas me han quitado el humor. Nos vemos. ¿Cuando? ¿Mañana? ¿El domingo? Si supiera como hacerlo, terminaría este post con la Sinfonía nº 4 en G mayor de Gustav Mahler. Hélas!. Nobody is perfect.
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