
Entre las cosas que Isabel García me cuenta que publicarán por estos días
Renacimiento y Espuela de Plata (
Abelardo Linares) hay dos
joyas imprescindibles para quienes se interesan por los negocios de la cultura y la más alta poesía: la edición facsimilar de
Nadie parecía (1942-1944), la legendaria revista del joven José Lezama Lima; y la correspondencia de Lezama y María Zambrano, editada por Javier Fornieles Ten.
¿Es necesario recordar que Lezama y Zambrano son dos personalidades esenciales?
No es un secreto que las revistas de Lezama,
Verbum (1937),
Espuela de plata (1939-1941),
Nadie parecía (1942-44) y
Orígenes (1944-1956), fueron encrucijadas / esponjas (Cortazar sobre Ramón), por donde se cruzaron, transitaron y sembraron semillas trasatlánticas, cuyos frutos siguen floreciendo, para nuestra salvación.
El hermético diálogo Lezama / Zambrano, reconstruido por Fornieles Ten -que trabaja en las correspondencias de Zambrano con Juan Ramón, Cintio Vitier y Valente-, a la espera de su lectura, mañana, se anuncia como inmenso archipiélago de misterios y estrellas solitarias, errantes en la noche, que de nuevo volverán a iluminarnos, con esa edición.
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