Cambio climático, muerte de la pintura, Pedro Flores, Murcia y la desertización espiritual del mundo
Leo en los periódicos que el Museo Ramón Gaya de Murcia presenta una gran exposición consagrada a las versiones de Don Quijote de Pedro Flores (Murcia, 1897 – 1967).
¿Alguien se acuerda de Pedro Flores en los manuales de historia de la pintura?... Juan Manuel Bonet le consagra una importante artículo en su siempre indispensable Diccionario de las vanguardias en España (1995). Los catálogos de referencia sobre su obra siguen siendo el publicado en París en 1958, con textos de Jean-Marc Champagne y Bernardino de Pantorba, de donde yo saco las ilustraciones de esta entrada, y los de los museos murcianos de 1991 y 1992. ¿Hay algo más...?
Flores es un personaje de leyenda. Actor de L’Age d’or de Buñuel. Desterrado, vagabundo, casado con una bretona no menos legendaria. Buena parte de su obra se perdió entre París y la Bretaña. Llevo años siguiendo su pista. Incluso he encontrado alguna obra, que tengo en casa, entre las cosas de otros proscritos y desterrados.
Cioran me decía, por carta, hace siglos, que llegará el día en que será necesario tirarse a la calle en defensa de la desesperanza. En el caso de la pintura, quizá ya sea tarde. Todavía quedan inmensos pintores, dibujantes, acuarelistas, etc. Pero la disciplina misma de la pintura está en cuarentena. Y crece de manera pavorosa el número de pintores abandonados como perros vagabundos, perdidos, desterrados, proscritos de la historia la pintura.
Jünger decía que la gran tarea del hombre del siglo XXI sería combatir la desertización espiritual del mundo. En esas estamos. Manifestantes de 30 países y cinco continentes denuncian hoy las amenazas mortales que pesan sobre nuestro planeta, víctima de inquietantes cambios de clima. Me pregunto si la desertización espiritual no es mucho más grave e inquietante.
1 Comments:
Durante muchos años, he podido disfrutar con todo lo que significa esa palabra, dibujos, pinturas, algunas esculturas... de artistas como Flores, Conejo, Moreno Murviedro, y un Joaquín...
Qué pena que muchos de ellos, estén olvidados... pero no ya sólo éstos... más bien muchos, muchos más...
Un saludo.
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