Sunday, October 09, 2005

París / Jerez, ida y vuelta (y 4). Edwards, Neruda, Malraux, Trotski, y otros crímenes trasatlánticos

El viaje de regreso, Jerez – Madrid – París, lo hago en gozosa compañía de Jorge Edwards, que no solo es un gran escritor: sus testimonios sobre Cuba, Chile y Pablo Neruda tienen una importancia histórica evidente. Y escuchándolo advierto que, en verdad, las manías cainitas tan presentes en las semillas, raíces e industrias de las (in) culturas españolas, tienen algo de provinciano, como bien ha puesto de manifiesto el congreso del que nos alejamos. El ecumenismo de Pepe Caballero Bonald, él mismo recompensado, ha reunido en su Fundación testimonios argentinos (Héctor Tizón y Blas Matamoro), panameños (Juan David Morgan), colombianos (Daniel Samper), peruanos (Fernando Iwasaki) o chilenos (Jorge Edwards), entre otros. Todos esos y otros maestros conocen y frecuentan la gran cultura española, en medida inversa a la obstinación con que una mayoría significativa de escritores españoles ignora las culturas americanas, como ignoran a sus vecinos de otras lenguas españolas, no castellanas. Escuchando, encantado, a Jorge Edwards, de aeropuerto en avión, termino por confesarle mi admiración por su experiencia cosmopolita, víctima, paradójicamente, de las mismas manías cainitas, trasatlánticas, de raigambre reciamente hispánica: él ha sido perseguido, censurado y proscrito en no pocas ocasiones, cuando no ajusticiado verbalmente, todavía, por razones de la más baja ideología. Le confieso mi envidia hacia sus relaciones con Neruda ----“él fue Rimbaud en su juventud y Victor Hugo en la madurez definitiva”, me dice---- que concluyó con un colofón creo que poco conocido: Neruda, que había pedido el Nobel para Ramón Gómez de la Serna, años atrás, le escribió personalmente a Salvador Allende, advirtiéndole que si cesaba a Edwards como ministro consejero, en la embajada chilena de París, él dimitiría inmediatamente como embajador. ---- PS. El testimonio de Edwards sobre Neruda, Siqueiros, André Malraux y el asesinato de Trotski es de la más alta escuela e importancia. Pero esa es, ya, otra historia.

1 Comments:

Blogger Bardamu said...

Historia nunca bien conocida, siempre disimulada y difusa.
Pero la vergüenza no es fácil de ocultar.

3:18 PM  

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