G8: Madrid, "out" del nuevo orden mundial

Primer café del día La cumbre del G8, en Gleneagles, Escocia, recuerda con crueldad la insignificancia de la gesticulación de los presidentes Aznar y Zapatero, reclamando para España un puesto en el sol entre los grandes. De entrada, en Edimburgo, The Scotsman insiste en la evidencia: la Costa Azul escocesa se encuentra en estado de sitio militar, a la espera de posibles escaramuzas con grupos anti mundialistas. En París, Liberation dice no esperar milagros de los grandes temas de debate planetario: la deuda y la pobreza en África; el cambio climático; el comercio entre pobres y ricos en la escena mundial. Ante tal agenda, el Financial Times londinense anuncia como bastante posible que Tony Blair consiga un consenso mínimo pero realista. En Londres, el Guardian pone el dedo en una llaga cruel: las barreras proteccionistas y las subvenciones con las que se “defienden” la UE y los EE.UU. también frenan con crueldad la producción de riqueza en África. El Times londinense avanza una iniciativa con futuro: el G8, club de ricos (si puede llamarse “país rico” a la Rusia de Putin), debiera ampliarse a gigantes planetarios, con millones de pobres, como la India y China, para introducir puntos de vista menos euro centristas sobre la nueva realidad planetaria. En Berlín, Tagesspiegel insiste en ese mismo punto crucial: China ya está “madura” para ingresar en un G8 de nuevo cuño. También en Berlín, la Netzeitung insiste en otro ángulo significativo: la cumbre de jefes de Estado de la Unión Africana (UA), reunida en Syrta, Libia, pide para el continente africano un nuevo trato y rango en la ONU. [ .. ] Ante esa emergencia palmaria de un nuevo orden y prioridades mundiales, la pasada y presente gesticulación madrileña de los presidentes Aznar y Zapatero, sobre el “nuevo rango” de España, tiene algo de insignificancia patética, hélas. Out en la escena diplomática mundial, la organización de JO se decide, quizá, por otras razones de muy distinta especie. Vaya usted a saber.