Wednesday, October 19, 2005

Sadam, en el Museo del Prado

Hace años, cuando dirigía el Théâtre de la Colline, y volvía a intentar introducir a Valle Inclán en Francia, en vano, Jorge Lavelli me comentaba: “A mi modo de ver, al televisión, en directo, tiene hoy una fuerza dramática que ha dejado de tener el teatro...”. Evidente. Quizá fuese necesario estudiar el 11-s neoyorquino desde la historia de la dramaturgia sacra. La retransmisión mundial del proceso de Sadam Husein, ¿previo a la horca?, pudiera tener algo de shakesperiano: los crímenes, la caída del tirano, la guerra civil en curso, son mucho más feroces que Ricardo III. La puesta en escena audiovisual no sé si pudiera calificarse de “goyesca”. Mientras comíamos en el restaurante del College de France, el día de la caída de Bagdad, Javier Teixidor, que ha trabajado muchos años en Siria, en Irak, en Irán, en el Kurdistán, me comentaba: “Los generales americanos debieran estudiar los desastres de la guerra de Goya. Porque eso es lo que les espera: una guerra irregular con matanzas y degüellos por las esquinas”.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home