GCI. Un viaje muy largo, bajo la lluvia
Amanecer oscuro, impenetrable. Viento helado, nieve.
Carmen viaja sola a Lille, en coche.
(..)
Guillermo Cabrera Infante murió la noche pasada en Londres, su patria de adopción. Cuando huyó de La Habana, su vida hubiera sido un infierno en cualquiera de las grandes ciudades de habla castellana: sus opiniones políticas lo convertían en un proscrito indeseable.
Guillermo vivió cuarenta años en un modesto hogar de alquiler, rodeado de sus libros, sus discos, sus películas. Cuando él encontró ese refugio provisional, su obra (Tres Tristes Tigres, 1967) era silenciada de manera implacable y su nombre solo se citaba con odio en Madrid, en Barcelona, en París, en Buenos Aires, en México, en Caracas, en Santiago de Chile, en Bruselas. En La Habana, su memoria era y sigue siendo perseguida por la policía.
Guillermo aceptaba renuente que Cortazar sea el autor de uno de los mejores cuentos relacionados con el jazz (El Perseguidor) de toda la historia de las literaturas escritas en castellano. Pero ----hasta donde llega mi ignorancia---- Cortazar nunca aceptó a Cabrera Infante; a pesar de que Ella cantaba boleros (1996) tenga cosas que pueden unirlos, a ellos y a Onetti, que también murió en el destierro, como Julio.
¿A dónde irán a parar los libros, discos y películas de Guillermo?.. Él, físicamente, vivió más de la mitad de su vida en Londres, pero quizá no salió nunca de La Habana, con escapadas fulgurantes a Hollywood, Nueva York, incluso París; donde uno de sus mejores amigos, el fotógrafo Néstor Almendros, también murió en el destierro, poco después de presentar su bellísima película sobre el destino de los homosexuales cubanos huidos a Miami o Manhattan.
Quizá el desarraigo, el destierro ----cuando es posible cubrirse del viento frío de la soledad con algunos libros, algunos discos, algunas películas, de Fritz Lang a Billy Wilder: ellos también murieron en el exilio; sin olvidar el Adagio albinoniano ni el Nautilus----, sean la patria final donde el artista contemporáneo echa las raíces últimas de su obra, en cuarentena. Gregor Samsa está perdido en los sótanos de un edificio con el que especula uno de los Snopes, a la espera que un incendio pavoroso le permita ocultar para siempre el origen de su fortuna.
4 Comments:
Hola, un post muy ilustrativo, creo que compartimos nuestro buen gusto por GCI.¿Y los infiernos, calentitos? (Aquí un frío, brr...!!) Ten cuidado no te despiertes una mañana convertido en...
emma b (http://emmab.blogia.com)
Probablemente el exilio, cuando se peoduce por decir no en lugar de sí, amo es el destino de los más perfectos y, seguramente, los más inteligentes echadas todas las cuentas.
Decía Cabrera Infante que la ventaja de Londres es que es un sitio ideal para escribir, por razones del medio ambiente (humano). Eso salió ganando: tantos y tan creativos años lejos de esa pesadilla tropical fuera del tiempo y del espacio que el reinecito del reyezuelo-comandante... Tantas películas vistas (siempre me asombró su cinefilia militante) y tanta indignidad y evilecimiento que dejaron de polucionar su vida, tanta adrenalina malgastada que se ahorró en esa su serie concreta de calendarios.
Losd exilios pueden ser y a veces son una gran cosa.
Quizá JA lleve razón... pero... también es un poco duro de llevar, por cosas poco libresco y duras de sufrir... buscar y pagar casa... buscar y tener amigos... sin contar con la herida permanente del recuerdo: en el caso de Cabrera Infante, él vivió toda su vida persiguiendo los fantasmas de una Habana difunta, justamente...
saludos, jp.
Helena
Carta a un colega blogografo que me pregunta por un artículo de LS sobre GCI:
Estimado amigo,
Te contesto a vuela pluma: mañana llevo a mi familia a pasar una semana de vacaciones en el diminuto pueblo catalán donde tenemos nuestra casa, Caldes d’Estrac.
Pero al grano: LO me parece un personaje literalmente siniestro. Un pequeño policía que lleva varias décadas escribiendo miserias de la más diversa especie.
No quiero ni pensar los horrores que podría decir de él GCI.
Yo te digo, por mi cuenta y riesgo:
----Lo de la “familia comunista” de Guillermo, para insistir en su “alergia al cambio social”, es una finta miserable, escrita con el fin de presentar a GCI como un “traidor”, fingiendo respeto por su “familia” con una hipocresía de canalla cocodrilo.
----Lo de su “colaboración” es otra manera criminal de “manchar” a un hombre perseguido por los secuaces castristas desde hace no se cuentas décadas.
----Los colegas de Libertad Digital (¡que San Milton Friedman los tenga en el cielo librecambista!) cometieron ayer nimios errores de la misma especie. En su caso, con el deseo de ser fieles ---supongo---- a una biografía “oficial”.
... paso a otra cosa: LAS CRÍTICAS DE CINE Y DE CULTURA DE GUILLERMO PUBLICADAS EN LA PRENSA CASTRISTA SE PUEDEN LEER MUY FÁCILMENTE... basta con leerlas para descubrir hasta que punto sigue manchándose su memoria, por ignorancia o mala fe.
En otro plano: Guillemo era un hombre bueno; poco, nada o absolutamente nada político. Su prosa, sus intereses, sus escritos, HABLAN DE OTRA COSA. Pueden gustar o pueden disgustar. Pero NO dejó obra política de ninguna especie. SALVO SU CRÍTICA DEFINITIVA CONTRA LA TIRANÍA CASTRISTA. Nadie mejor que él ha escrito con más brío y talento contra el personaje FC.
De ahí que, a su muerte, tanto me entristezcan varios espectáculos paralelos: ¡como lo han explotado quienes durante toda la vida le negaron el pan y la sal, cuand lo trataban de “gusano”!... ¡como se utiliza a los muertos para consumar bajas maniobras políticas de la más baja especie!... como los mismos medios donde se defiende se ampara o se “justifica” (con todos los matices necesarios, por supuesto) la tiranía castrista, ¡son los primeros que pretenden apropiarse y manejar editorialmente su memoria!.
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